INSEGURIDAD DESATADA EN CUETZALAN DEL PROGRESO
- MartÍn Campos
- 14 sept
- 2 Min. de lectura
Someten a balazos a conductor de la ruta Huantiknemi.

El miedo volvió a apoderarse de la región serrana. Un conductor de la ruta Huantiknemi fue atacado a balazos en pleno recorrido entre Cuetzalan y San Antonio Rayón. El video que circula en redes muestra el momento en que hombres armados abrieron fuego contra la unidad, dejando al chofer con heridas menores y a los pasajeros sumidos en el terror.
Aunque el chofer sobrevivió de milagro, la huida de los atacantes a la maleza y la impunidad con la que actuaron refleja una realidad que los ciudadanos conocen bien: la inseguridad está desatada y cada día se vuelve más peligrosa.
Frente a este hecho, el ayuntamiento de Cuetzalan del Progreso, encabezado por Óscar Paula Cruz, se limitó a señalar que el ataque ocurrió en territorio de Jonotla, no en Cuetzalan. Con esa declaración intentó deslindarse, como si la violencia respetara fronteras municipales o como si los usuarios de esta ruta -que tiene su base en la cabecera cuetzalteca- no fueran parte de la comunidad a la que debería proteger.
Para los ciudadanos, comerciantes y transportistas, esa postura es inaceptable. “Lavarse las manos” frente a un hecho tan grave no sólo demuestra indiferencia, también alimenta el miedo y la desconfianza hacia sus autoridades.
La feria de Cuetzalan está a la vuelta de la esquina, un evento que significa orgullo, tradición y trabajo para cientos de familias. Sin embargo, hoy la preocupación es mayor que la fiesta. ¿Quién garantizará la seguridad de los visitantes, de los expositores, de los mismos pobladores, si el gobierno municipal permanece pasivo?
La gente pide algo muy claro: que el presidente municipal actúe ya, que deje los comunicados y gestione la presencia de más fuerzas de seguridad. Porque no basta con señalar que “no fue aquí”. Sí fue aquí, en nuestra sierra, en las rutas que usamos, en los caminos que transitamos todos los días.
Cuetzalan no necesita excusas. Necesita un gobierno que dé la cara, que proteja a su gente y que no permita que la violencia se vuelva costumbre. Hoy la responsabilidad está en manos del edil Óscar Paula Cruz: o responde con acciones firmes, o cargará con la culpa de dejar que la inseguridad le arrebate la tranquilidad a su pueblo.




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