“POR AMOR A PUEBLA”, EL PROGRAMA QUE ROMPIÓ PARADIGMAS EN LA MICRORREGIÓN 06
- MartÍn Campos
- 23 ago
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Cuando se anunció el programa estatal Por Amor a Puebla, impulsado por el gobernador Alejandro Armenta, muchos dudaron de su viabilidad. La idea de que los recursos se ejercieran directamente entre el gobierno del estado y los Comités de Obra por Bienestar Social (COBIS) parecía, para algunos, una apuesta arriesgada. Sin embargo, hoy la realidad supera las expectativas: el programa no solo ha cumplido sus objetivos, sino que ha transformado la manera de hacer obra pública en comunidades que durante años permanecieron olvidadas.
En la microrregión 06, esta transformación tiene rostro y liderazgo: el de Lupita Martínez, delegada estatal que ha sabido convertir la política social en una experiencia cercana, efectiva y profundamente humana. Bajo su coordinación, los municipios que integran la región han visto avanzar proyectos que antes parecían imposibles: caminos rehabilitados, aulas renovadas, redes de agua potable y espacios comunitarios que hoy son motivo de orgullo para sus habitantes.
Lo más interesante es que este cambio no se dio por casualidad. Martínez ha insistido en que el verdadero éxito radica en la suma de voluntades, en la confianza que se ha recuperado entre la ciudadanía y el gobierno. “Cuando trabajamos juntos, las cosas suceden”, ha repetido en múltiples encuentros con comités ciudadanos, y los resultados le dan la razón.
Pero más allá de la obra material, hay una obra invisible y quizá la más importante: la credibilidad. Esa que, durante años, se perdió entre promesas incumplidas y trámites interminables. Hoy, las comunidades saben que sus decisiones cuentan, que sus prioridades son escuchadas y que la transparencia no es un discurso, sino una práctica diaria.
En este escenario, Lupita Martínez no solo ha ganado reconocimiento por el cargo que ostenta, sino por algo más difícil de conseguir: el respeto y el cariño de la gente. Su carisma, su trato cercano y, sobre todo, su ausencia de protagonismo político anticipado la han posicionado como una servidora pública distinta. Una mujer que entiende que gobernar no es imponer, sino construir; que el servicio no se mide en discursos, sino en hechos.
Apenas han pasado unos meses desde que asumió la encomienda, y ya se habla de ella como ejemplo de que la política puede tener rostro humano. Con su estilo positivo y sin estridencias, Lupita ha demostrado que cuando hay voluntad, el cambio deja de ser un eslogan para convertirse en una realidad palpable.
Más que obras, lo que ha construido este programa son puentes entre gobierno y sociedad. Puentes de confianza, de esperanza y de orgullo comunitario. Hoy, en cada camino pavimentado y en cada espacio rehabilitado, late el esfuerzo conjunto de quienes creen en un mejor mañana. Y en la microrregión 06, ese latido tiene nombre: Lupita Martínez, una mujer que entendió que amar a Puebla es servirla con humildad y pasión.




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